Un ejemplo claro es Barcelona. Todos los catalanes saben que cuando terminan las fiestas del barrio de Gràcia empiezan las de Sants. Forma parte de todos habitantes de la ciudad condal que por alguna razón están en la ciudad y buscan una buena oportunidad para salir y disfrutar del buen tiempo.
Las fiestas de Sants duran aproximadamente una semana. La fiesta cuenta con más de más de 500 actividades de todo tipo y para todos los gustos. De este modo Barcelona mantiene su perfil rebelde lejos de las manadas de turistas. Aunque cada año es más frecuente encontrarse con extranjeros que se acercan a este tipo de celebraciones para vivir más de cerca las fiestas tradicionales.
Tanto en las calles de Gracia como en las de Sants; las calles se decoran para la ocasión y durante todo el día podemos disfrutar de diferentes ambientes en un entorno urbano y sin olvidarnos de los conciertos con diferentes tipos de música adaptados a todos tipo de público.
Existe otra opción para la gente más alternativa que se realiza en el Parc de l’Espanya Industrial con un marcado toque social, a veces reivindicativo (como ha sido históricamente típico en el barrio de Sants).

